PENSANDO EN MÍ

El viento al rozarme acariciaba mi cara, como tratando de hablarme pero nada me inmutaba, porque sólo reclamaba lo que en ese momento me faltaba; encontrar mi identidad, darle prioridad al presente y olvidar ese pasado tan latente, que provocaba que mi mente se desplomara en caída libre hacia un abismo, y desafiando la gravedad, detuve la inercia con seriedad, para encontrar la salvación y evitar mi perdición. Tomé un espacio en mi vida y me encerré en mi guarida, sin embargo me parece que exageré el modo, pues al mismo tiempo me alejé de todo, y examinando mi interior perdí comunicación con este mundo exterior; ya nada me importaba y aquel que se acercara simplemente lo ignoraba, tal vez mi ego, o mi orgullo no entendían, que la principal causa de mi ansiedad, era la falta de compañía, pues buscando encontrarme me perdí, y cuando más perdido estaba, fue que llegaste a mí. Quizás por la premura del momento, o esta falta de ternura que aún siento, me olvide un poco de mí, cuando tus manos suaves sentí; al oler tu fragancia reviví y sin darme cuenta con mis brazos te cubrí; pues llegaste cuando menos presentí, más pensando sólo en mí, de pronto descubrí, que siempre estuviste aquí, y yo sólo pensando en mí.

HAN DEJADO DE SANGRAR

Me encontraba en alta mar, flotando entre tanta oscuridad, sin futuro ni visión, sin rumbo ni dirección, sin seguridad en mi camino y temiendo mi destino, la marea era mi directriz porque no veía más allá de mi nariz, sólo advertía un futuro incierto por mi fe perdida, observando un mar abierto y sin salida, sólo era un objeto a la deriva, una marioneta inerte renegando de mi suerte, maldiciendo aquel cariño inexistente, que me trastorno la mente, repudiando esta soledad forzada que aprendí a que me gustara, esta soledad tan bella que hoy no logro definir, pero que ha logrado mi tristeza reducir, a pesar que aún no estoy del todo recuperado, esta soledad me ha dado lo que nadie había logrado, me ha brindado su cuidado y me tiene preparado para soportar tormentas y las noches más eternas, pues gracias a este mar de soledad, mis heridas internas, han dejado de sangrar.

APRENDER A VIVIR

Perdonar no es olvidar la agresión recibida, ni recuperar los lazos de la relación destruida, no es un acto de generosidad, ni una obra de caridad; perdonar no es ignorar la rencilla, ni ofrecer la otra mejilla, no significa aprobar el daño recibido y dejarlo en el olvido; perdonar no es señal de debilidad, ni símbolo de ingenuidad; perdonar no es padecer de amnesia, mucho menos otorgar clemencia.

Perdonar es recordar pero sin odiar, es curar esa herida que lastima para recuperar la autoestima, es renunciar al derecho de enojarte, es aprender a valorarte; perdonar es recuperar el poder en ti mismo y salir de ese abismo, es cambiar ese veneno actual por salud física y mental, es renunciar al rencor y la venganza para dar pie al amor y la esperanza; perdonar es ignorar sin sufrir, perdonar es aprender a vivir.