Llegó el otoño y con él, muere un verano más; es momento de ver las hojas de los árboles caer; caminar sobre ellas y escuchar el crujir de las hojuelas; el señor árbol se despoja de sus ropas, tiene un compromiso con la naturaleza y no le importa ver mermada su belleza, deja caer sus hojas al suelo, para elevar sus ramas limpias al cielo, acepta con agrado tal acuerdo y con valor se desprende en cada hoja de un recuerdo, consciente está, que será para siempre; en plena mutación deja escapar lo que ya no tiene solución; se deja llevar por una transformación natural, y nos da un ejemplo de vida muy especial; nos enseña a desprendernos de lo material, de recuerdos que nos impiden evolucionar; si el pasado dejó de existir debo dejarlo ir, y el invierno con agrado recibir, pues el frió se encargará de destruir toda esta plaga, cauterizando la llaga que no me deja vivir, esta vez voy a sonreír y me voy a despedir de todo lo que me hace sufrir; voy a caminar contento y sin dudar, sabiendo que cuando una ventana se me cierra en la cara, se abren más de dos puertas con una vista más clara; demostrando una nueva voluntad abro los brazos a lo que está por llegar, dejo caer las hojas para sanar, simplemente me dejo llevar; es hora de madurar, es tiempo de perdonar, es momento de olvidar para volver a empezar, es la oportunidad de despertar al amor que está por anclar, y nuevas armas empuñar para volver a soñar.
domingo, octubre 12, 2008
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2 comentarios:
hola, me gustó encontrarte en un post mío de agosto de 2007. Lindo post y preciosa imágen. Por ahí comienza el otoño? por aquí el verano. Nos vemos ¿si?
bss
Mi querido alumno; ya ves que tu maestra española no se olvida de ti. Hacia tiempo que no entraba en tu blog y me encuentro con muchas novedades. Pero echo demenos al Ruben ilusionado, de verdad. Y ahora con más motivos.
Me gustaria saber algo de ti, algo que transmita vida. Un beso, tu maestra
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