Antes de despedirme aquel día, yo sabía que no te olvidaría y es que antes de partir empezamos a sufrir, recuerdo que el día anterior tu llanto anticipaba mi partida, al tiempo que yo te decía, no llores por mi, esto no es una despedida; aún nos queda un día por disfrutar juntos; pero no sentimos los minutos, quién iba a pensar que ese día sería el más corto de mi vida; despedirnos fue muy duro, a tu lado me sentía seguro, me brindaste tanto afecto que mi mundo era perfecto; no debí marcharme, no debiste dejarme; pero abandoné tu ciudad y llegué a mi realidad; ahora estoy lejos y tu donde mismo; y aquí me persigue tu reflejo como un espejismo; porque a pesar de todo vives dentro de mi y yo vivo para ti, a donde quiera que voy tu estas conmigo, donde quiera que estés, yo voy contigo; qué difícil es vivir así, tan distante de ti; porqué se empeña el destino en hacer más difícil el camino, si aún conservamos la ilusión, esa esperanza viva de volvernos a encontrar, no sé en que lugar, pero esta vez no será igual, porque nada ni nadie nos va a separar.
martes, abril 07, 2009
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1 comentario:
TE FELICITO Rubén, me fascina leer tus escritos por la forma en que te expresás... Es muy profundo
Espero que tengas un excelente día, te mando cálidos abrazos y nuevamente felicitaciones.
Adiós
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