Mi pluma derramó la tinta y rasgó el papel el día que ella decidió sacarme de su vida. Definitivamente se niega a escribir. Sin embargo, mi mano no está para aguantar caprichos de ese tipo y seguirá escribiendo cada vez mejor, tanto mi pluma como ella son parte del pasado. Que ironía; antes las dos eran mi vida; hoy no necesito de esa pluma falsa ni su compañía.
domingo, diciembre 17, 2006
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3 comentarios:
No! no permitas que nada ni nadie logre que dejes de escribir, lo haces divinamente!!
un beso
Linda
vendrá otra pluma que necesitará de ti para que seas tú quien escriba lo que late en su alma, vendrá algún día otra compañía, no para que la necesites, sino para compartir amor.
abrazos
Que puñal eres, afronta la realidad y no seas cobarde. Te refugias en tus letras, y las usas de escusa para quedarte sin hacer nada.
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