martes, julio 11, 2006

¡Así es la vida!

Cerrando círculos en tú vida.

Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Se termino tu trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? ¿La amistad se acabo? Puedes pasar mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los porque’s, en devolver el casette y tratar de entender porque sucedió tal o cual hecho.

El desgaste se va a hacer infinito porque en la vida, tú, tus amigos, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos.

A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado, ni siquiera preguntándonos porque?

Lo que sucedió, hecho está. Hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado con nosotros.

¡No, los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

Por eso es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar.

Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir solo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó.

No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes a que alguna vez se den cuenta de “quien eres”. No, no y no; sueltalo.

La vida esta para adelante, nunca para atrás. Porque si andas por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrás desprenderte de eso, ni vivir con satisfacción lo de hoy.

Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar”, necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo! Si no, déjalo ir, cierra capítulos.

Convéncete, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tú ya no encajas ahí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, ya no eres el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.

Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo.

Ni tu serás el mismo ni el entorno al que regreses será igual porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es salud mental, amor por ti mismo, desprende lo que ya no esta en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, porque cuando llegaste a este mundo lo hiciste sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad.

Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude, suelta.

Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudara definitivamente a seguir hacia delante con tranquilidad, porque ¡así es la vida!.

Anónimo

1 comentario:

Anónimo dijo...

ASI ES...
DIFICIL PERO CIERTO...
NORMA